Queridos hermanos y hermanas:
Estamos celebrando la semana de oración por la unidad de los cristianos, que concluirá el próximo sábado, fiesta de la Conversión de san Pablo. Se trata de un tiempo dedicado a la oración para que, como quiere el Señor, todos los bautizados seamos una sola familia (cf. Jn 17,21).
El tema propuesto para este año se refiere a la pregunta que san Pablo dirigió a los cristianos de Corinto, que se encontraban divididos en distintas facciones: «¿Acaso está dividido Cristo? (1 Co 1,13); así dijo san Pablo. No, Cristo no está dividido. Sin embargo, debemos reconocer con dolor que en nuestras comunidades se dan divisiones que son un escándalo y que afectan a la credibilidad y eficacia de nuestro compromiso evangelizador. Ahora bien, Pablo no sólo les reprende por sus disputas, sino que también da gracias a Dios por los dones que ha derramado en ellos. También nosotros, a pesar del sufrimiento causado por las divisiones, debemos aprender a reconocer con gozo los dones que Dios ha concedido a otros cristianos, y a recibirlos con un corazón grande y generoso. Para esto se requiere mucha oración, humildad, reflexión y una continua conversión.
Saludos
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos venidos de España, Argentina, México y otros países latinoamericanos. Invito a todos a que llenos de gozo por el don de la filiación divina que hemos recibido en el bautismo, sepamos reconocer con alegría y humildad los dones que Dios concede a otros cristianos. Que Dios los bendiga.