Cecilia Cesarini, nacida en Roma a comienzos del siglo XIII, se trasladó en el año de 1221 de Santa María in Tempulo al monasterio de San Sixto, donde conoció a santo Domingo, de cuya fisonomía y espíritu dio un testimonio fidelísimo.
A finales del año 1223 o a comienzos de 1224, el papa Honorio III la envió a Bolonia con otras tres hermanas para introducir el espíritu del santo Padre Domingo en el monasterio de Santa Inés, fundado por la beata Diana.
Murió allí el año 1290. Parte de las reliquias de ambas se veneran en el monasterio de S. Inés de Bolonia y parte en la iglesia de los Siervos de María en Ronzano (Bolonia); la cabeza de la beata Diana se venera en S. Domingo de Bolonia; la de la beata Cecilia en el monasterio de los SS. Sixto y Domingo en Roma.
Articulo
Las monjas dominicas abren las puertas de su casa
Sor Carmela, la superiora de la comunidad dominica compuesta por cinco religiosas que vive en Vitoria, se muestra muy alegre por celebrar una efeméride tan