Queridos hermanos y hermanas:
Hoy comenzamos una serie de catequesis sobre los sacramentos, que son el centro de la fe cristiana, por los que Dios comunica su gracia, se hace presente y actúa en nuestra vida.
El Bautismo es el sacramento sobre el que se fundamenta nuestra fe y nos hace miembros vivos de Cristo y de su Iglesia. No es un simple rito o un hecho formal, es un acto que afecta en profundidad la existencia. Por él, nos sumergimos en la fuente inagotable de vida, que proviene de la muerte de Jesús. Así podemos vivir una vida nueva, de comunión con Dios y con los hermanos. Aunque muchos no tenemos el mínimo recuerdo de la celebración de este sacramento, porque fuimos bautizados de chicos, estamos llamados a vivir cada día aspirando a la vocación que hemos recibido allí.
Si seguimos a Jesús y permanecemos en la Iglesia, con nuestros límites y fragilidades y pecados, es gracias a los sacramentos por los que nos convertimos en nuevas creaturas y somos revestidos de Cristo.
Saludos
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España —veo la Diócesis de Cuenca, allí— de Argentina, de Bolivia, Venezuela, México y los demás países latinoamericanos. Invito a todos a experimentar en la vida de cada día la gracia que recibimos en el Bautismo, siendo verdaderos hermanos, verdaderos miembros de la Iglesia. Feliz año a todos.